Un nuevo estudio ha descubierto algo sorprendente sobre estos habitantes del agua: justo antes de nacer, desarrollan un circuito neuronal encargado de decidir su momento de eclosión
Según un artículo publicado recientemente por Nacional Geography, un reciente estudio demuestra que los peces —esos silenciosos seres que habitan el agua que se han anotado un nuevo punto en la liga de la astucia evolutiva— incluso antes de nacer, tienen el poder de elegir el momento exacto de su llegada al mundo; es decir, de su eclosión. Todo ello, gracias a una señal que les envía su cerebro.
Mientras en los humanos dependemos de una fecha aproximada para nacer —en muchos casos decidida por procesos hormonales o intervenciones médicas— otros animales han demostrado tener un truco más sofisticado bajo la manga.
Así lo ha descubierto un equipo de científicos de la Universidad Hebrea de Jerusalén, a partir de un hallazgo, publicado recientemente en la revista Science, que no solo rompe con la idea de que los embriones son pasivos, sino que además abre nuevas puertas en el campo de la neurobiología y la adaptación ambiental.
El arte de nacer en el momento exacto
Durante la investigación, los científicos descubrieron que los embriones de peces inician la eclosión a partir de una señal enviada por su cerebro: la activación de una hormona conocida como TRH (hormona liberadora de tirotropina). Y en cuanto al procedimiento, el estudio indica que esta viaja por el torrente sanguíneo hasta una glándula especializada para liberar enzimas que, literalmente, disuelven la pared del huevo.
Pero, ¿qué factores influyen en esa "elección" de fecha?
Como es de esperar en el reino animal, este mecanismo tiene mucho que ver con la supervivencia. Según los participantes, eclosionar demasiado pronto podría ser catastrófico: el pez podría no estar lo suficientemente desarrollado para valerse por sí mismo. Pero quedarse demasiado tiempo dentro del huevo también es un riesgo, porque puede volverse un blanco fácil para depredadores.
"Este mecanismo neuronal es crucial para garantizar que el pez nazca en el momento más seguro y favorable", explican los autores. "La supervivencia depende de una sincronización perfecta para eclosionar, y sorprendentemente, es el propio embrión el que dicta este momento de sincronización, aunque hasta ahora se desconocía el mecanismo subyacente".
Un circuito neuronal con fecha de caducidad
Otro de los descubrimientos destacados de la investigación fue que el circuito neuronal encargado de controlar el gran momento se forma justo antes de la eclosión, ¡y desaparece poco después! Se trata de un sistema diseñado exclusivamente para esa transición vital, y si algo fallase en el proceso, el embrión quedaría atrapado en el huevo, lo que inevitablemente conduciría a su muerte.
Con todo, el hallazgo no solo redefine la comprensión humana del desarrollo embrionario en peces, sino que también podría tener implicaciones en otros vertebrados. De hecho, los científicos ya están investigando si la TRH u otros factores neuroendocrinos desempeñan un papel similar en especies más allá de los peces.
Y ahora, dejando volar la imaginación, si tú tuvieses el poder de decidir el momento exacto de tu nacimiento, ¿qué fecha elegirías?
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