Por Joal Ondo
En un contexto marcado por una grave crisis política, social y de seguridad en la República Democrática del Congo (RDC), el destacado líder opositor Martin Fayulu ha instado a reforzar la cohesión nacional como única vía para preservar la unidad e integridad del país. La declaración se produce tras una reunión mantenida con el presidente Félix Tshisekedi, encuentro que la Presidencia calificó como “amistoso” y orientado a buscar soluciones conjuntas ante el actual escenario de inestabilidad.
La reunión, celebrada en el Palacio de la Nación de Kinshasa a petición de Fayulu, líder del partido ECIDé (Participación Ciudadana para la Convivencia), se centró en la preocupante situación en el este del país, donde el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), presuntamente respaldado por Ruanda, ha logrado importantes avances territoriales, controlando las capitales provinciales de Goma y Bukavu, en Kivu Norte y Kivu Sur, respectivamente.
“La República Democrática del Congo atraviesa una crisis existencial que amenaza con la balcanización del país”, alertó Fayulu, quien subrayó que “no hay 36 soluciones: necesitamos un diálogo social y crear un campo patriótico ante todas las crisis”.
El presidente Tshisekedi, por su parte, expresó satisfacción por el diálogo con Fayulu y valoró la apertura a conversaciones con diferentes sectores del país. La portavoz presidencial, Tina Salama, destacó que el encuentro se desarrolló en un “ambiente amistoso” y tuvo como objetivo “reforzar la cohesión nacional”.
Fayulu propuso además que el jefe de Estado inicie contactos con la Conferencia Episcopal Nacional del Congo (CENCO), como parte de un esfuerzo de concertación nacional frente a las múltiples amenazas que enfrenta el país.
Las tensiones se han visto agravadas por la reciente llegada a Goma del expresidente Joseph Kabila, figura controvertida que actualmente enfrenta intentos por ser procesado por “traición”, tras la retirada de su inmunidad parlamentaria. Las autoridades congoleñas acusan a Kabila de maniobras desestabilizadoras en plena crisis con Ruanda.
La RDC acusa a Kigali de apoyar directamente al M23 mediante el despliegue de tropas en territorio congoleño. Ruanda, por su parte, denuncia que Kinshasa coopera con milicias como las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), integradas por hutus implicados en el genocidio de 1994.
La comunidad internacional, incluyendo Naciones Unidas, ha advertido sobre el grave impacto humanitario de esta nueva fase del conflicto, que ha dejado miles de muertos y desplazados, sumiendo a la región en una profunda crisis diplomática y humanitaria.
La reunión entre Tshisekedi y Fayulu representa un paso significativo hacia un posible consenso nacional, en un momento donde la unidad del país pende de un hilo.
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