Por Joal Ondo 

Una creciente ola de inseguridad tiene en vilo a los residentes del barrio malabeño de Santa María 3, en los alrededores de la antigua embajada de Venezuela. Desde la madrugada del miércoles hasta la mañana de este jueves, se han registrado varios actos delictivos que han sembrado temor e incertidumbre entre los vecinos.

Según los testimonios recogidos, la mañana del miércoles comenzó con la violación de varios vehículos estacionados a lo largo de la comunidad. 'Los delincuentes' forzaron las cerraduras y sustrajeron todo lo que encontraron en el interior de los coches, incluyendo objetos personales, equipos electrónicos y herramientas de trabajo.

Ese mismo día, en horas de la mañana, fue encontrado un vehículo con apariencia de taxi abandonado en un barranco cercano. Aunque no hay confirmación oficial sobre la relación entre este suceso y los robos, los vecinos creen que también se trata de una acción delictiva relacionada con la cadena de hechos.

La situación empeoró este jueves, cuando varios residentes descubren que los condensadores de sus aires acondicionados habían sido sustraídos durante la madrugada. Estos equipos, fundamentales en las viviendas ante las altas temperaturas, son costosos y difíciles de reponer, lo que ha generado aún más alarma entre los habitantes del barrio.

“Ya no solo tememos por nuestras pertenencias, ahora sentimos que nuestras vidas también corren peligro”, afirma uno de los vecinos afectados. La comunidad asegura que estos actos delictivos podrían ser obra de un grupo organizado que opera en la zona o de un delincuente que actúa en solitario, pero con total impunidad.

Ante esta situación, los habitantes de Santa María 3 hacen un llamado urgente a los cuerpos de seguridad para que incrementen la vigilancia en la zona y se investigue a fondo el origen de estos delitos. “Necesitamos que la policía patrulle más a menudo y que se instalen medidas disuasorias. No podemos vivir con miedo todos los días”, declara otro vecino visiblemente preocupado.

Hasta el momento no se tiene conocimiento de detenidos relacionados con estos robos. Entretanto, la incertidumbre sigue creciendo entre los moradores del barrio, quienes piden respuestas y acciones concretas para recuperar la tranquilidad perdida.