Por Joal Ondo
El caso del doble asesinato ocurrido en la zona de Ballares, en Malabo, ha ingresado oficialmente en su fase judicial este jueves con la comparecencia ante el Juzgado de Instrucción Número 3 de los principales implicados. La acusada Clarita Rachi Sorizo, el exmarido de ésta, Javier Sohome Cámara, y el sereno del patio vecino, Sane Rabi Paul, han prestado sus primeras declaraciones formales ante el magistrado Cristino Mengue, en una audiencia marcada por testimonios de violencia, celos y tensiones prolongadas.
Clarita Rachi Sorizo, principal sospechosa del crimen, relató que mantuvo una relación de 16 años con Javier Sohome, padre de sus cuatro hijos. Aunque nunca contrajeron matrimonio legalmente, asegura que él gestionó un certificado de matrimonio “de procedencia dudosa” para algunos trámites. Afirmó que apoyó a su expareja desde sus inicios hasta que logró levantar varias propiedades, una de las cuales ocupaba Justina Tomás Bolekia —una de las víctimas antes de que fuera esposa de Javier— como inquilina.
Según Clarita, comenzó a sospechar de una relación extramatrimonial entre Javier y Justina, a raíz de mensajes de texto. Narró un episodio en el que, armada con un cuchillo, confrontó a su pareja, “solo para asustarlo”, según sus palabras. A raíz de este y otros incidentes, como el allanamiento del domicilio de Justina y la destrucción de sus pertenencias, se impuso una orden de alejamiento entre ambas mujeres. Más adelante, tras nuevos conflictos, otra orden de alejamiento fue dictada entre Clarita y Javier, tras firmar un acuerdo de separación y reparto de custodia de sus hijos.
Fue durante una de sus visitas para ver a los niños cuando, según su testimonio, se produjo el fatal desenlace. Clarita confesó haber discutido con Justina y haber regresado al día siguiente con un cuchillo oculto bajo la manga. A su llegada, encontró a Adrián Fou Bula, hermano de Justina, a quien apuñaló varias veces hasta provocarle la muerte. Luego, ingresó en la cocina donde se encontraba Justina, a quien también agredió mortalmente. Tras cometer el crimen, huyó del lugar y arrojó el cuchillo y su camisa al río. La policía ha logrado recuperar el arma.
Por su parte, Javier Sohome Cámara confirmó la relación conflictiva con la acusada, a quien describió como una persona “celosa” con la que convivía en un ambiente “tóxico e insostenible” antes de su separación definitiva. Admitió haber iniciado una relación con Justina mientras aún vivía con Clarita, aunque asegura que nunca lo ocultó. Afirmó además que Justina no vivía permanentemente en la casa, pero que a veces se quedaba a dormir, especialmente cuando él tenía turnos de noche. La noche del crimen, declaró no encontrarse en el domicilio.
Otro testimonio relevante fue el de Sane Rabi Paul, sereno del patio vecino, interrogado por no haber intervenido ante las alertas de los niños. Alegó que no actuó porque su jefa ya estaba presente y había llamado a la policía. Sin embargo, las investigaciones lo ubican en el lugar del crimen, donde habría presenciado el cuerpo de Adrián sin vida.
Tras escuchar las declaraciones, el juez Cristino Mengue ha decretado prisión provisional para Clarita Rachi Sorizo, quien afronta un sumario por asesinato. Javier Sohome Cámara ha sido puesto en libertad provisional sin fianza, mientras que al sereno Sane Rabi Paul se le ha impuesto una fianza de un millón de francos CFA por presunta omisión del deber de socorro.
El proceso judicial continúa abierto mientras se recogen nuevas pruebas y testimonios que permitan esclarecer todos los detalles de este doble homicidio que ha conmocionado a la comunidad.
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