En la era de la conectividad, donde un solo clic puede mostrar al mundo entero lo que hacemos en nuestra vida diaria, muchos jóvenes en Guinea Ecuatorial han adoptado el hábito de documentar y compartir casi todo en redes sociales. Ya sea un momento de ocio, una reunión con amigos o incluso situaciones de emergencia, las plataformas digitales se han convertido en el escenario principal de nuestras vidas.
Sin embargo, esta práctica ha traído consigo graves problemas en términos de privacidad e intimidad. La facilidad con la que grabamos y publicamos contenido a veces nos hace olvidar que hay límites éticos y legales que deben respetarse. Un ejemplo claro de ello es cuando una persona sufre un accidente o un desmayo en la calle, y en lugar de recibir ayuda inmediata, lo primero que hacen algunos testigos es sacar el teléfono para grabar y subir el video a internet.
Este tipo de comportamiento, más allá de ser una muestra de insensibilidad, puede vulnerar la dignidad de la persona afectada y herir la sensibilidad de sus familiares y amigos. En muchos casos, el daño psicológico que genera la viralización de estas imágenes es irreparable.
El poder de un smartphone: responsabilidad antes que entretenimiento Tener un teléfono con una buena cámara es, sin duda, una gran ventaja en muchos aspectos de nuestra vida cotidiana, pero también conlleva una gran responsabilidad. Lo que subimos a internet deja de ser nuestro en el momento en que presionamos el botón de “publicar”. No tenemos control sobre quién verá o usará esa imagen o video, y en el peor de los casos, puede ser utilizado para fines negativos.
Uno de los aspectos más preocupantes es la exposición de menores en redes sociales. Muchas veces, sin el consentimiento de los padres, se suben fotos y videos de niños en situaciones cotidianas, sin pensar en los riesgos que esto conlleva. En el mundo digital, donde la información se mueve sin restricciones, los datos de menores pueden ser utilizados con fines malintencionados, desde el robo de identidad hasta el abuso en redes de explotación infantil.
Recomendaciones
para un uso responsable de las redes sociales con fines de evitar estas situaciones y fomentar una cultura digital más ética y respetuosa en Guinea Ecuatorial, es importante seguir algunas buenas prácticas:
1. Piensa antes de publicar: Antes de compartir una foto o video, pregúntate si estarías cómodo si alguien hiciera lo mismo contigo. Respeta la privacidad de los demás como deseas que respeten la tuya.
2. No grabes situaciones de emergencia para subirlas a redes: Si presencias un accidente o una crisis de salud, tu primera acción debe ser ayudar o llamar a los servicios de emergencia. La vida y la dignidad de una persona son más importantes que los “me gusta” en internet.
3. Pide permiso antes de subir contenido con otras personas: No todas las personas quieren aparecer en redes sociales. Antes de publicar una foto o video donde salga alguien más, asegúrate de que está de acuerdo.
4. No publiques imágenes de menores sin el consentimiento de sus padres o tutores: Los niños tienen derecho a su privacidad, y sus datos deben protegerse de posibles riesgos en internet.
5. Evita difundir contenido sensible o violento: Compartir imágenes que muestran sufrimiento, violencia o humillación no solo es irrespetuoso, sino que también puede ser ilegal en ciertos casos.
6. Revisa la configuración de privacidad de tus redes sociales: No todo lo que compartes debe ser público. Ajusta la privacidad de tus publicaciones para controlar quién puede ver tu contenido.
7. Educa a los más jóvenes sobre el uso de la tecnología: Padres, maestros y líderes comunitarios deben guiar a los adolescentes y jóvenes sobre la importancia de la privacidad y la ética en redes sociales.
Conclusión
Las redes sociales son una herramienta poderosa que nos permite comunicarnos y compartir experiencias, pero su uso irresponsable puede traer consecuencias negativas tanto para nosotros como para quienes nos rodean. En Guinea Ecuatorial, donde el acceso a la tecnología sigue creciendo, es fundamental promover una cultura digital basada en el respeto, la empatía y la responsabilidad.
Publicar en redes sociales es un derecho, pero hacerlo con conciencia y ética es una obligación. La privacidad y la dignidad de las personas deben estar siempre por encima de la búsqueda de likes y visualizaciones.
Autor: Carlos Daniel Ondo Angue
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