Por: Joal Ondo
La tranquilidad de la localidad chadiana de Mandakao, ubicada en la provincia de Logone Occidental, cerca de la frontera con Camerún, se vio interrumpida por violentos enfrentamientos que dejaron un saldo trágico de al menos 35 personas muertas y seis heridas. La información fue confirmada por el Gobierno de Chad a través de un comunicado oficial del Ministerio de Comunicación.
Hasta el momento, las autoridades chadianas no han ofrecido detalles concretos sobre el origen de los enfrentamientos. La región de Logone Occidental ha sido escenario en el pasado de tensiones intercomunitarias y conflictos por recursos naturales, como tierras y agua, lo que ha generado preocupación sobre un posible resurgimiento de ese tipo de violencia.
El portavoz gubernamental, Gassim Cherif Mahamat, informó que las Fuerzas de Defensa y Seguridad actuaron con rapidez para controlar la situación. Además, el primer ministro, Allah Maye Halina, ordenó el despliegue de una delegación oficial hacia la zona con el objetivo de evaluar la magnitud de los hechos y ofrecer apoyo a las comunidades afectadas. La medida busca contener la tensión social y dar una respuesta institucional a una crisis que aún no ha sido completamente comprendida.
En su declaración pública, Mahamat condenó enérgicamente los hechos, a los que calificó como “actos bárbaros”. Asimismo, aseguró que se implementarán todas las medidas necesarias para identificar, localizar y llevar ante la justicia a los autores y cómplices de los enfrentamientos. Este compromiso se enmarca en el intento del Gobierno de reafirmar el control estatal y evitar el agravamiento de la violencia en la región.
El Ejecutivo también hizo un llamado a la contención y a la responsabilidad colectiva, apelando al espíritu de paz y unidad nacional. Este mensaje busca prevenir nuevos episodios de violencia y fomentar un clima de diálogo, en un contexto de creciente tensión política y social en el país, especialmente en las regiones fronterizas.
Chad atraviesa un momento delicado en su historia reciente, marcado por transiciones políticas, desafíos económicos y tensiones intercomunitarias. El sur del país, fronterizo con Camerún, es una zona estratégica pero también vulnerable, donde la presencia del Estado es limitada y donde la gestión de conflictos suele ser compleja.
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