El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, instó el lunes, 19 de mayo, a los Estados miembros a incrementar su apoyo financiero a la institución, advirtiendo que el presupuesto actual no es suficiente para afrontar los retos sanitarios globales.

Durante la apertura de la Asamblea Mundial de la Salud, Tedros subrayó el desajuste entre el presupuesto de la OMS y el gasto global en otras industrias. En particular, destacó que los 2.100 millones de dólares anuales con los que opera la organización equivalen al gasto militar mundial de tan solo ocho horas. También señaló que esta cifra es comparable al coste de un solo bombardero de sigilo y representa apenas una cuarta parte del presupuesto publicitario anual de la industria tabacalera.

El director general planteó así un dilema a los países miembros: “O bien debemos rebajar nuestras ambiciones respecto a lo que es y hace la OMS, o bien debemos aumentar los fondos. Yo sé qué elegiré”. Sus declaraciones se enmarcan en un contexto de recortes financieros derivados, entre otros factores, de la retirada de Estados Unidos de la organización, lo cual ha impactado en los planes presupuestarios de los próximos años.

Tedros advirtió que la OMS enfrenta un déficit proyectado de más de 1.700 millones de dólares para el bienio 2026-2027. Esta carencia, afirmó, podría comprometer seriamente la capacidad del organismo para cumplir con su misión, en áreas clave como la respuesta a pandemias, el fortalecimiento de sistemas de salud y la promoción de la equidad sanitaria.

Pese a las dificultades financieras, el líder sanitario insistió en el valor del trabajo de la OMS. Describió a la organización como un “patrimonio precioso” que no debe abandonarse y subrayó su papel como herramienta para enfrentar las causas estructurales de los conflictos y construir un mundo “más saludable, más pacífico y más equitativo”.

La Asamblea Mundial de la Salud, considerada por Tedros como “especialmente importante”, reúne a representantes de los Estados miembros en un momento en que la salud global encara desafíos complejos, desde nuevas amenazas epidemiológicas hasta el impacto del cambio climático en la salud pública.

La llamada a reforzar la financiación abre el debate sobre el papel que los gobiernos están dispuestos a otorgar a la OMS y el tipo de liderazgo sanitario global que desean construir en los próximos años.