Por Úrsula Inés Nkama Obiang Mayé
¿Es posible perseguir tus sueños y progresar en la vida cuando tu familia paterna o materna depende de ti? es una pregunta que se hacen millones de personas.
Pero la respuesta no es sencilla ni universal porque cada situación es única y requiere una reflexión profunda.
Imagina esta escena: celebras tu primer ascenso, ( un buen empleo, aumento de salario etc ...), Pero en lugar de sentirte orgulloso, una sombra de preocupación te invade. Porque sabes que este logro significa más responsabilidades y más peticiones. Es una realidad en nuestra sociedad y muchos jóvenes viven de esta manera; osea, les resulta difícil poder avanzar, programar sus vidas, formar sus propias familias, preparar el futuro de sus hijos y vivir como quisieren.
Es verdad que La solidaridad familiar es un valor fundamental pero, ¿debe convertirse en un obstáculo para tu progreso personal? .
Para muchos, conseguir un empleo es sinónimo de independencia y un futuro prometedor. Pero en algunas familias, este logro se transforma en el inicio de una carga económica que puede truncar sueños y limitar el progreso personal del trabajador. Esta situación, a menudo arraigada en dinámicas culturales y sociales, presenta un desafío complejo.
A menudo, algunos familiares, sobre todo aquellos que residen en el pueblo, antes de que finalice el mes, comienzan a solicitar bienes sin conocer la situación financiera real del trabajador. Sólo porque sabe que tal ya trabaja y es más, estas peticiones pueden abarcar desde necesidades básicas hasta lujos innecesarios desestabilizando la economía del empleado e impidiendo que ahorre, se capacite o invierta en su propio futuro es decir el de la familia que va a formar con su esposa y sus hijos. La situación se agrava aún más si el trabajador posee un negocio, ya que la constante demanda de recursos puede llevarlo a la ruina, y eso dificulta el crecimiento del negocio.
Y si te pones de mano dura, empiezas a recibir críticas negativas
Si bien, ayudar a la familia es un acto noble pero es fundamental que la persona también priorice su propio bienestar y desarrollo.
Ceder a todas las exigencias puede impedir el progreso personal y conducir a una existencia precaria, similar a la de alguien que no trabaja, ya que la familia no cesará en sus demandas. Por ejemplo, conozco el caso de una joven que, tras conseguir un empleo, se vio obligada a enviar gran parte de su salario a su familia, impidiéndole acceder a cursos de formación que mejorarían sus perspectivas laborales.
Por lo tanto, es importante establecer una comunicación clara y honesta con la familia con respecto a la situación económica, buscando un equilibrio entre el apoyo familiar y el cuidado personal. Algunas de estrategias incluyen establecer un presupuesto familiar, priorizar las necesidades básicas y buscar fuentes de ingresos alternativas.
Algunos expertos también recomiendan fomentar la comprensión familiar y promover la colaboración mutua, de manera que el progreso individual beneficie a todos sin comprometer la estabilidad del trabajador. Lo esencial es que la familia brinde apoyo en lugar de convertirse en una carga. La clave reside en encontrar un equilibrio que permita ayudar a la familia sin sacrificar el propio futuro.
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